miércoles, 23 de diciembre de 2015

24 Relatos hasta navidad || #4 El deseo de Navidad

Cuarto relato de este Calendario de adviento, titulado: "El deseo de navidad"


Autor: E.I.S. SERRANO - User de Wattpad: @nieblaeterna

Edad: 22 años.

País: Venezuela





El Deseo de Navidad

Ser huérfano es horriblemente triste, mucho más cuando llega la navidad y observas a

todos los niños con sus padres esperando ansiosos por los regalos que santa les va a traer,

cenando hasta cansarse, mientras tu estas tristemente solo en un lugar de paredes grises sin luces

de colores ni árbol navideño, Daniel observaba por la ventana el día de noche buena, estaba en

ese feo orfanato desde que tenía uso de razón, siempre deseó tener una mamá o un papá que

cuidara de él aunque lo regañaran a veces, pero ya se había resignado cumplió  7 años y nadie lo

adoptaría porque todos quieren a los bebés para educarlos a su modo. Las horas trascurrieron y el

no apartó el rostro del frio cristal de la ventana, era como si esperara un milagro; la nieve caía

inclemente sobre toda la ciudad, tanto que los automóviles no podían avanzar lo que hizo que una

joven mujer se bajara del suyo y tocara a puerta en la casa más cercana, la cual resultó ser un

orfanato, tocó varias veces hasta que una mujer bajita y robusta abrió la puerta, la muchacha

titiritaba de frio mientras la nieve se acumulaba en sus rubios cabellos, al verla en ese estado la

encargada del sitio la invito a entrar.

—Disculpe, la verdad soy nueva aquí y no sabía a dónde acudir cuando cerraron las calles por la

nevada—Dijo la muchacha al entrar.

—Es común en esta época, no debería transitar a estas horas por la calle y menos en

temporada—Respondió la señora de mediana edad.

—Espero no interrumpir la navidad de su familia—Se disculpó la joven nuevamente.

—Oh, no esto no es mi casa es un hogar de huérfanos—Respondió la robusta mujer al tiempo que

negaba con la cabeza—Su familia se preocupará si no llega a cenar en nochebuena—Acotó

—Estoy sola en este país y hace años que no celebro en estas fechas—Confesó con tristeza. Un

ruido llamo la atención de ambas, subieron el segundo piso y encontraron al pequeño niño en el

piso, se había dormido por lo cual cayó al suelo; cuando este se despertó se vio envuelto con un

abrigo negro muy grande, subió la mirada y se encontró con la dueña de abrigo, sus ojos eran

cálidos, aunque su mirada era triste. La joven saco un papel de su bolsillo y lo puso junto a él.

<<En un lugar donde la luz se apagó y el frio cayó encontrarás lo que sin querer anhelas>>

—Pensé que era una broma, cuando lo encontré esta mañana, pero hace unos minutos cuando

subí y te vi allí lo entendí, quiero dejar de estar sola otra navidad. ¿Quieres ser mi hijo? —Añadió

ella. El niño asintió y la abrazó, la nevada paro, ella fue a su auto paro luego volver con pan de

jamón, ensalada, hallacas, pastel que le habían regalado en la empresa donde trabajaba esa tarde.

El niño la ayudó a poner la mesa, luego juntó con la encargada del lugar y 5 niños pequeños que

también Vivian en el lugar hicieron una oración para luego cenar iluminados por el sentimiento de

amor fraternal que solo la navidad otorga.




jueves, 3 de diciembre de 2015

24 Relatos hasta navidad || #3 La navidad

Tercer relato de este Calendario de adviento, titulado: "La navidad"

Autor: Daniela Maya - User en wattpad: @Mangelahm
# Edad: 11 años.
# País: Venezuela.
# Comentario de la autora: 
Espero que les guste este pequeño relato . Yo lloré, no les mentiré, lloré. 
Espero que capten el mensaje ;)

****** ****** ******
La navidad. ¿Qué es eso? 
 ¿Una de las tantas celebraciones que se hace al año?  Equivocado.
 Primero lo primero ¿En que se basa esta celebración?  ¿Regalos?  No. 
Se basa en algo muy simple que personas de hoy en día ni se dan cuenta. La Navidad Consiste en la Unión familiar , cuando después de tanto trabajo en los meses anteriores te puedes relajar celebrando con todos tus familiares dichas y desgracias. 
Les contaré algo para que reflexionen un poco . Tranquilos, no será largo.
Narrador anónimo:
─ Yo estaba en mi casa , con la mesa de navidad ya colocada , llamo a mi hijo y me dice que no puede , que será otra navidad , llamo a mi hija y dice lo mismo , y así es con toda familia que se me viniera a la mente. Así transcurren 5 años  y se me ocurre una idea : ¿Si finjo mi muerte? 
Después de que cada familiar recibiera la nota de la “Muerte” de su abuelo todos los familiares planearon reunirse para poder Velar por su abuelo “Muerto”
Cuando cada familiar ya había llegado a la ciudad donde se encontraba el abuelo , éste ya había preparado la mesa y servido todo . Los hijos , nietos , sobrinos llegan a la casa y quedan muy sorprendidos al ver que la mesa ya está puesta , por la puerta de la cocina aparece el abuelo , y les dice: 
─ Algún día , esa nota será de verdad.
Luego de eso todos sus familiares corren a abrazarle y después de muchos momentos emotivos se sientan en la mesa para poder hacer el brindis y comer .
En el brindis , el Abuelo dice lo siguiente:
─ Brindo por poder estar un momento más con mi familia, y también brindo por que todos están reunidos , en armonía y paz. Brindo porque cada navidad estemos así . Amén.


24 Relatos hasta Navidad || #2 "Decisión"

Aquí el segundo relato de este "Calendario de Adviento"


Autor: Alejandra Calixto Sánchez

Edad: 43 años

País: México


**********

El hombre que amé, en verano me cerró su puerta; la mía yacía abierta. 

El viento secó mis  lágrimas y sellé la mía. 

En el adviento,  alguien toca la ventana. Sonrío… no era él.



24 Relatos hasta Navidad || #1 "Te amo mamá"

Los dejo con el primer relato, titulado "Te amo mamá"  
Autor: Marcel Jiménez Aquino.
Edad: 15 años.
País: República Dominicana.
Comentario de autor: ... Sin comentarios. ^.^
*************************
 ¿Mamá que tienes?. ─Preguntó un niño de siete años y cuyo rasgo más destacado eran sus hermosos ojos azules.
 ¡Mamá ya es Navidad vamos a abrir los regalos!. Dijo el niño un poco entusiasmado hacia su Mamá quien le daba la espalda recostada en la cama.
 Mamá, háblame... Mamá se que me porté mal ayer, pero no te enojes.  Dijo el niño con un nudo en la garganta.
 Mamá lo siento yo no quería hablar con el señor, pero el dijo que era papá y que estaríamos juntos en Navidad. Dijo el niño.
─ ¿Mamá?... Vamos... O se hará tarde y no podremos ver a Santa... ¿Mamá?... ¿por qué no me hablas?. El niño no habló más.
Y se dirigió a la sala, se sentó en una mecedora y abrazó a su peluche favorito Boobo. Miró por la ventana viendo como los demás niños salían a estrenar sus juguetes... Junto a sus papás.
Un papá.
El siempre quiso uno.
Uno para que le enseñará a montar bicicleta, así como veía que lo hacia el papá de Olivia, su mejor amiga.
El niño tuvo una idea.
Para hacer que su mamá estuviera feliz y lo perdonara por haber hablado con un desconocido que decía ser su padre.
Y lo era.
Sólo que mamá no quiso que se acercara a él.
El niño tocó el piso frío con sus piecitos, envueltos en unas medias de ositos.
Caminó hasta la cocina.
Buscó su pequeña sillita, se subió en ella y tomó una olla con agua y la puso en la estufa como mamá le había enseñado.
Tomó el encendedor en forma de Santa y prendió la estufa.
Cinco minutos más tarde.
Después de ver como el vapor del agua caliente subía, apagó la estufa, tomó un paño para tomar la olla, con cuidado en una taza blanca vertió el agua humeante.
Volvió y puso la olla en la estufa apagada. Fue hacía la ventana y de la planta de manzanilla tomo tres hojas, colocó dos en la taza. 
Y una la guardó.
Buscó una bandeja y puso la taza en ella.
Sonrió al imaginar la sonrisa de mamá en sus hermosos labios rosa.
Subió las escaleras mientras las contaba.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Y.
Seis.
Miró hacía la puerta de mamá que estaba como la había dejado después de salir.
Cuando estaba a punto de entrar recordó algo:
El libro favorito de mamá.
Sonrió y se desvió de su principal objetivo. Caminó hasta la mini-biblioteca. Puso la bandeja en una mesita. Y miró maravillado todos los libros que con tanto amor mamá había leído para él.
Comenzó a buscar el libro sin éxito en encontrarlo.
Lo encontró.
El de mamá no, sino su favorito.
No se pudo contener y se sentó a leerlo.
Y así pasaron las horas.
Y más horas
Minutos.
Segundos.
Cuando por fin lo terminó lo hizo con una sonrisa en sus labios.
Que inmediatamente se esfumó al ver hacía afuera y ver que estaba oscuro. Ni siquiera había comido y su estómago protestaba. Miro el té ya frío y se sintió un poco triste.
Con la cabeza hacia bajo, pensó que podría hacerlo de nuevo.
Corrió escaleras abajo y tomó dos de las galletas que había hecho mamá el día anterior, pero antes de comerlas puso más agua a calentar.
Al terminar de comer las galletas.
Vio que el agua estaba lista y repitió el proceso.
Subió las escaleras y entró a la habitación encontrando a mamá en la misma posición.
Depositó el libro y la taza en la mesita que estaba junto a la cama de mamá, y subió en la cama.
Descubriendo así que mamá no se movía, ni respiraba. El niño sin poder creer lo que veían sus ojos, comenzó a besar el rostro frío de mamá.
 ¿Mamá? .   Otro beso.  Te amo.  Otro beso.  mucho . Otro beso.
Sintió como el líquido salino más conocido como lágrimas se deslizaban por sus mejillas.
Comenzó a moverla de un lado a otro con la esperanza de que despertará, sin resultado alguno.
Su llanto se hizo más fuerte.
 ¡¿Mamá?! ¿por qué no me hablas?!.  Gritó sin poder contenerse.
─Por favor... .   Dijo en un susurro. Despierta... Ya no pediré más juguetes, bajaré la tapa del baño al hacer pipi, no hablaré con extraños... Pero por favor, ¡di algo! ¡Mamá! ¡Mamá! ¡vamos mamá! ¡No baje la tapa del baño! ¡regañame! ¡Despierta! . Dijo al borde de la deseperación. No aguantó más levantó un brazo frío perteneciente a mamá.
Se puso de espaldas, y paso el brazo por su cintura y sé abrazo a si mismo transmitiéndole así su calor corporal a mamá.
Tranquila mamá, ahora yo te cuido a ti.  Dijo en un susurro imperceptible.
 Nadie te hará daño. Silencio. ¿Sabes por qué? 
  Porque te amo, y no dejaré que nada te pase... mi preciosidad hermosa. sonrió entre hipidos por el apodo, ya que así siempre le decía ella cuando le besaba todo el rostro con mucho cariño.
°°°...
─ Nicolás... Amor vamos despierta... Ven a ver lo que trajo Santa.  Dijo una dulce voz que reconoció al instante. Sin poder creer lo que escuchaba, cerró los ojos con fuerza.
Sintió algo ser presionado contra su nariz, frente y mejillas.
Al sentir aquellos labios ya tan conocidos abrió los ojos lentamente.
¿Mamá? .  preguntó temeroso.
Dime mi preciosidad hermosa.  Dijo su Mamá sin dejar de besarle el rostro.
Te amo.  Dijo terminando de abrir los ojos y viendo todo a su alrededor. Buscando algo que no pareciera real y luego posandolos en una hermosa mujer de cabello castaño, tez clara, y ojos extremadamente claros y que en ellos reflejaba absoluto amor.
Yo también te amo. Dijo su mamá con una sonrisa resplandeciente.  ¿Vamos a abrir los regalos?
Si. Dijo un poco confundido.
Había sido un sueño.
...
Después de abrir los regalos, desayunaron.
Amelie, la mamá del pequeño se ofreció a darle un paseo por el parque, pero Nicolás se negó rotundamente. Pero en el fondo sentía miedo. No quería perder a su mamá.
Mamá vamos a dormir .  Dijo el pequeño.
Pero si apenas son las siete Nicolás .  Dijo su mamá un poco sorprendida por todos los cambios que había presentado hoy su pequeño hijo.
─ Seguro éstas cansada mamá, ayer trabajaste mucho y te despertaste temprano, porque no dormimos juntos.  Dijo en el niño mirando a su mamá con sus penetrantes ojos azules.
─ Esta bien amor si eso quieres.
Se dirigieron a la habitación del pequeño y después de leer un cuento se quedó dormido o eso creyó Amelie.
Cuando Amelie ya estuvo en su cama y apunto de dormirse. Su cama empezó a temblar y hundirse, estuvo alerta hasta que un pequeño, de tez clara, pelo castaño y ojos azules la miraron con miedo.
 ¿Mamá?.  murmuró el pequeño obteniendo como respuesta un "ummm" .  Ya te dije que te amo.
Sin poder evitarlo Amelie sonrió y miro a su pequeño.
─ Si amor me lo dijiste ¿y yo? ¿Ya te dije que te amo?
─ Si mamá, ¿me podrías dar un beso y un abrazo...?
No lo dejo terminar y lo jaló hacia su pecho voluptuoso,  besó y abrazó a su pequeño hasta que se quedó dormido. Y entre sueños pronunció un:
─ "Feliz Navidad mamá."